No me gusta. No me gusta nada la imagen que de mi me da el espejo en el que me miro todos los dias. Es que no soy yo; el yo de dentro. De verdad tengo la sensacion, bueno, la seguridad, de que me da la imagen que le da la gana. Y es que no puedo mas, que quieres que te diga. Es que empiezo a dudar, sí a dudar si ese que veo soy realmente yo, y es que aunque, no me lo puedo creer, estoy empezando a creerlo, pero ¿soy yo? ¿en serio?. Como será mi duda que el otro dia cogi a mi gato y lo puse delante del espejo y ¡¡vaya¡¡ me trajo consuelo, si, me consoló porque dio un salto y se escapo; no queria verse. El espejo está mal; menos mal porque yo ya estaba pensando en cambiarlo. Pues, faltaria mas, es que no soy yo, yo soy otra cosa.
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1 comentario:
Amigo Juan Adolfo: Ese problema del espejo que a ti te aqueja, lo resolvió D. Miguel de Cervantes hace cuatrocientos años, en su obra llamada "El retablo de las maravillas" consiguió sugestionar al personal hasta el punto, que el que no veía nada,en aquel retablo en el que no había nada, era un verdadero inculto, zafio e ignorante, así es que todos por no verse tildado de ninguno de esos epítetos, quedaban gratamente sorprendidos incluso con alharacas de las maravillas allí reflejadas. Así que cada vez que te mires al espejo, procura verte como un adonis, que eso levanta la moral y en algunas ocasiones algo más.Un fuerte abrazo de tu amigo Pepe Cuadros.
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